Entre Maia
y Matosinhos, más concretamente en Pedras Rubras, muy cerca del Aeropuerto Sá
Carneiro, es donde nací. Por lo que puedo confirmar, por la proximidad, que esta ciudad es muy
digna del lema que la caracteriza, tradición y progreso, y que mira al fiero
Atlántico con confianza y descaro...
Está
situada en la desembocadura del río Leça y favorecida por la proximidad del
mar. Las primeras referencias a Matosinhos se remontan al siglo XI, siendo
entonces conocida con el nombre de Matesinus. En 1514, la localidad recibió
fuero de D. Manuel I, pero sólo fue reconocida como villa, en el 1853.
En 1984 le
fue atribuida la categoría de ciudad.
Originalmente,
era una típica aldea de pescadores, y donde se extraía sal. Actualmente, es el
principal puerto pesquero del país, beneficiándose de una industria de primera
calidad de conservas de pescado, metalmecánica y transformación de madera.
Siendo los principales factores de desarrollo económico de la región: el puerto
comercial de Leixões, la refinería Petrogal, y la Exponor, donde se realizan
grandes eventos internacionales.
El
Santuario del Señor Buen Jesús, o del Señor de Matosinhos, es la iglesia
parroquial de la ciudad y el principal monumento de ésta. Conserva la imagen
del Buen Jesús, que en el siglo XVI fue trasladada desde el desaparecido
Monasterio de Bouças. Recordad que os conté que, según la leyenda, todo se debe
a la labor de una familia que recogía leña en la playa para uso domestico.
Ciertos trozos de madera no ardían lo que les intrigó y los guardan. Con el
tiempo surge otro trozo que tampoco arde, entonces su hija que era muda de
nacimiento, habló, diciendo, esa madera que no arde es el brazo del cristo de
Bouças. Reunidos los demás trozos de madera se ha reconstruido uno de los
cristos esculpidos en la cárcel por Nicodemus: que los arrojaba al mar, y uno
vino parar a esta costa.
Su
actual apariencia barroca se debe a la reconstrucción realizada en 1732 según
el proyecto del arquitecto Nicolau Nasoni.
En
el interior, destaca el decorado de talla dorada, principalmente la capilla
mayor: trabajo atribuido al especialista en talla, Luis Pereira da Costa.
También
hay que mencionar el patrimonio de Leça da Palmeira, el barrio más antiguo de
Matosinhos. Destacan sus playas, y los edificios que son de gran valor
artístico. Y, sobre todo las obras del arquitecto Siza Vieira, a destacar: el
Salón de Té, lo vimos cerrado y algo deteriorado, y la Piscina de las Mareas. Pero también el Faro de la Boa-Nova, la Quinta da Conceição y el Fuerte de Nuestra Señora de las Nieves.